La importancia del test de Bowie & Dick surgió en los años 50 del siglo XX. En numerosos hospitales de Gran Bretaña se detectaron deficiencias en las esterilizaciones de algunos materiales porosos, tales como batas, papeles, recipientes cerámicos, etc. J.H. Bowie y J. Dick fueron dos investigadores destacados que trataron de encontrar una solución a este problema. Se logró en 1963, y es lo que hoy se conoce como el test que lleva sus nombres.
Debido a su importancia, el Ministerio de Sanidad británico lo incluyó entre sus pruebas de aplicación diaria para todas las autoclaves de entornos sanitarios.
En la actualidad, se usa el test de Bowie & Dick en laboratorios de todo el mundo y en España se se recogen las recomendaciones de su uso bajo la norma UNE-EN-ISO 17665, «Esterilización de productos sanitarios». De hecho, surge de la norma EN-554, «Validación y control rutinario de esterilizadores a vapor», que en España se recogió como UNE-EN-554.
Sus antecedentes más próximos se remontan a 2009, cuando entró en vigor la norma EN-17665 (Sterilization of health care products — Moist heat — Part 1: Requirements for the development, validation and routine control of a sterilization process for medical devices). Esta sustituyó en todo su contenido a la norma EN-554:1995.
Además de ser una prueba que mide el rendimiento adecuado de una autoclave, en situaciones de fallos críticos y contextos legales, los resultados pueden utilizarse como evidencia pericial. Por esta razón, es aconsejable conservar cualquier resultado obtenido y archivarlo debidamente con su fecha correspondiente.
¿Qué evalúa el test Bowie & Dick?
Es bien sencillo: el test evalúa si la esterilización de determinados componentes porosos se ha realizado de forma correcta.
Ello ayuda a entender si la máquina permite esterilizar algunos tipos de materiales de forma correcta. Dicho de otra forma: se trata de una prueba de cuyo resultado se extraerá un diagnóstico sobre el correcto funcionamiento de la autoclave. El test Bowie & Dick nos indica si la penetración del vapor en el paquete de prueba ha sido rápida y uniforme y, por lo tanto, si es posible o no la esterilización de elementos permeables y/o porosos.
El test consiste en una tira u hoja de papel termosensible (esto es, al que le afecta el calor), que cambia de blanco a negro, en la mayoría de casos. El cambio de color es indicación de la exposición al calor y vapor durante el proceso de esterilización.
Hay diferentes tonos (rosa, azul, etc.), dependiendo de la marca. Esta hoja se encuentra en el centro de un llamado paquete, compuesto por gomaespuma y otras capas fibrosas. Una de las principales características de la lámina de papel es la forma que tienen las marcas visibles. Suelen seguir un patrón geométrico muy característico.
Para que haya un cambio de color en el termosensible, deben ocurrir, de forma simultánea, aumento de temperatura y humedad. Y de lo que se obtenga y su disposición, sabremos qué tal ha sido el proceso de esterilización.
Hay un dato importante, y es que el periodo de exposición tiene que ser, como mínimo, de 3 minutos y medio y el intervalo de calor de entre 132 y 134℃.
Mediante el kit se puede medir:
La efectividad de la penetración del vapor en componentes porosos.
Temperatura y presión del vapor de agua durante la fase de esterilización.
Procedimiento y funcionamiento del test
No se debe preparar el kit por cuenta propia. Deben usarse kits preparados que se pueden adquirir en las casas fabricantes. Se garantiza así que la prueba se realiza con los estándares de calidad que recogen las normas. Asimismo, se usan materiales estables, lo cual es trascendental, ya que la composición no influirá en el equipo que se trate ni dejará restos.
Al empezar cada jornada de trabajo se debe hacer el test de Bowie & Dick, determinando así el correcto funcionamiento de la autoclave.
Los pasos a seguir son los siguientes:
Hay que comprobar que el interior de la máquina se encuentra vacío.
Se coloca la prueba. Su posición debe ser cercana al desagüe (se utilizará un solo kit por ciclo, sin la introducción de otro elemento).
A continuación, se inicia el programa correspondiente: esterilización completa, de 134 ℃ a 2,1 atmósferas de presión, durante 3 minutos y 30 segundos.
Una vez concluido, se verifica lo ocurrido: si el cambio de color en el papel es continuo y uniforme, o si hay discontinuidad con algún matiz apreciable.
El resultado, por lo tanto, se produce cuando el ciclo termina y se revisa el color que se obtenga. A continuación, se compara con la hoja de validación (tabla control), incluida en cada caja.
La lectura no solo arroja resultados cuando hay pruebas satisfactorias; de hecho, hay varias interpretaciones para los defectuosos. Y es que, si el color cambia de manera uniforme, pero no es el tono esperado, es indicativo que el vapor de agua no está 100% saturado, aunque la penetración fuese homogénea.
Por otro lado, si el test revela un tono desigual, también se puede deducir la presencia de un defecto que debe ser corregido. En total, hay tres causas independientes que pueden ocurrir simultáneamente:
Mala calidad del vapor producido.
Existencia de fugas.
Fallos en la bomba de vacío.
Un mal resultado (como el mencionado anteriormente) se abordará realizando una segunda prueba. Si esta segunda prueba también resulta incorrecta, significa que la autoclave no está funcionando adecuadamente. En ese caso, no debe utilizarse hasta que se solucione el fallo o la avería. Dado que el motivo y las causas son diversas, en caso de que haya alguna incongruencia o duda, es esencial contar con apoyo de personal cualificado para resolverla.
¿Cuándo se recomienda aplicar el Test de Bowie & Dick?
Es recomendable realizar este tipo de pruebas de forma periódica. Independientemente al uso cotidiano recogido en el protocolo del laboratorio, también es conveniente realizar esta prueba en estos dos supuestos:
Cuando hay alguna operación de reparación o mantenimiento, para comprobar que la autoclave opera de forma correcta.
Si la autoclave se deja de utilizar por un intervalo de tiempo prolongado.
Variaciones del test de Bowie & Dick: prueba DART
En la actualidad existen algunas variaciones del test de Bowie & Dick, siendo la más popular la prueba DART, del acrónimo de Daily Air Removal Test. Los criterios de aplicación de esta prueba se recogen en la ISO 11140-5:2007 Esterilización de productos para la salud, Indicadores químicos, Parte 5: Indicadores de Clase 2 para pruebas de eliminación de aire tipo Bowie & Dick. Se la conoce como versión americana, y las especificaciones del paquete incluyen que éste esté fabricado en algodón y se efectúa con ciclos de 132 ℃ durante 4 minutos.
El test de Helix constituye una herramienta esencial para asegurar la efectividad del proceso de esterilización en autoclaves con prevacío fraccionado, ampliamente utilizados en hospitales y clínicas dentales. Este test evalúa la capacidad de la autoclave para penetrar con vapor los instrumentos huecos, garantizando así la esterilización completa de dispositivos con cavidades largas, tales como el instrumental laparoscópico, las prótesis traumatológicas y las cánulas dentales. La relevancia de este test radica en su capacidad para diagnosticar el correcto funcionamiento del autoclave y prevenir infecciones resultantes de una pérdida de eficacia o de una avería en el equipo.
Habitualmente estos tests están compuestos por un kit de tiras reactivas, un patrón de colores de referencia y un contenedor compuesto por un tubo y una cámara roscada, en la cual se introduce la tira reactiva durante la prueba.
Test de Helix para autoclaves – NSK
¿Qué evalúa el test de Helix?
El test de Helix es una prueba funcional de la autoclave que evalúa la fuerza de penetración del vapor en la cámara mediante el control de dos aspectos críticos del proceso de esterilización:
Eficacia de la fase de prevacío inicial: Asegura que el aire sea removido completamente de la autoclave, permitiendo una correcta penetración del vapor en todas las superficies de instrumental con huecos.
Condiciones de esterilización: Confirma que se alcanzan la temperatura y la presión del vapor saturado necesarias durante la fase de esterilización.
Estos aspectos son vitales para garantizar que los instrumentos con cavidades y geometrías complejas comúnmente utilizados en intervenciones quirúrgicas de traumatología, cardiología, odontología, sean esterilizados adecuadamente, minimizando el riesgo de infecciones para los pacientes.
Procedimiento y funcionamiento del test de Helix
El procedimiento del test de Helix es meticuloso y debe seguirse rigurosamente:
Preparación de la autoclave: Antes de realizar el test de Helix, se debe realizar un ciclo de vacío inicial con la autoclave vacía de carga para asegurarse de que está funcionando correctamente.
Ejecución del test: Se coloca una tira indicadora química dentro de una cápsula conectada a un tubo de 1,5 metros, que simula la cavidad de un instrumento dental. Tras cerrar la cápsula este conjunto se coloca en el interior de la autoclave. Es importante cerrar bien la cápsula y no tocar las bridas que sujetan el tubo.
Proceso de esterilización: El siguiente paso es escoger el programa Test de Helix en la autoclave y ejecutarlo. Durante el ciclo de esterilización, la autoclave debe crear un vacío profundo y permitir que el vapor penetre completamente a través del tubo hasta alcanzar el interior de la cápsula.
Resultados y acciones: Al finalizar el ciclo, se retira la cápsula, se abre y se observa el color de la tira reactiva. En caso de que el test falle, debe repetirse. Un segundo fallo indica la necesidad de reparar o reemplazar la autoclave. En cualquier caso, se recomienda mantener un registro completo de los resultados de los tests ejecutados para rastrear la eficacia de la autoclave a lo largo del tiempo.
Como hemos explicado, para determinar si la autoclave ha superado la prueba, deberá observarse un cambio de color en la tira indicadora y compararlo con el patrón ofrecido por el fabricante del test para confirmar que el proceso ha sido efectivo. Si el vapor no penetrase adecuadamente, la tira no cambiará de color o cambiará a un color intermedio, indicando una falla en el proceso de esterilización.
¿Cuándo se recomienda realizar la prueba de Helix?
El test de Helix debe realizarse regularmente para asegurar el funcionamiento óptimo de la autoclave y la seguridad de los procedimientos de esterilización:
Diariamente: Antes de comenzar a usar la autoclave para esterilizar instrumentos, para confirmar que la autoclave está preparada para funcionar correctamente.
Después de reparaciones: Siempre que se realicen labores de mantenimiento o reparaciones en la autoclave, para verificar que sigue operando con los estándares necesarios.
Como parte de los controles rutinarios: Siguiendo las normas establecidas, que recomiendan realizar tests de vacío y de penetración de vapor regularmente.
Si bien cualquier autoclave de cualquier fabricante está calibrada y revisada de fábrica, es esencial validar periódicamente el correcto funcionamiento de las autoclaves con prevacío destinadas a finalidades clínicas o quirúrgicas mediante esta prueba. Esta validación funcional no solo incluye el test de Helix, sino también de otras pruebas, como la prueba de Bowie-Dick. Además, en cada ciclo debe acompañarse la carga con pruebas de control como son los tests de esporas o la cinta de control de esterilización.
La realización regular de este conjunto de pruebas funcionales y de control de cada ciclo es fundamental para mantener un control riguroso sobre el proceso de esterilización.
Importancia de la trazabilidad
Realizar la prueba de Helix diariamente proporciona información precisa y oportuna sobre el rendimiento y la eficacia de una autoclave con prevacío fraccionado. Por esta razón, se recomienda mantener un registro exhaustivo de los resultados de los tests para monitorear la eficacia de la autoclave a lo largo del tiempo y detectar oportunamente cualquier avería. Esto es crucial para la prevención de infecciones nosocomiales en pacientes.
Se aconseja almacenar tanto la tira indicadora como el informe del ciclo en un registro completo, lo cual demuestra un control riguroso del correcto funcionamiento de la autoclave. Este registro detallado no solo cumple con los requisitos normativos de la mayoría de países, sino que también proporciona una capa adicional de seguridad en la práctica clínica, protegiendo a los pacientes y asegurando la calidad de los procedimientos de esterilización.
En el ámbito de la ciencia y la medicina, la esterilización representa un proceso fundamental para asegurar que los instrumentos y componentes utilizados en procedimientos médicos, pruebas y experimentos estén completamente libres de microorganismos vivos.
Históricamente, la esterilización se ha logrado mediante el uso de calor seco, el cual es eficaz para desnaturalizar proteínas y erradicar microorganismos. No obstante, la aplicación directa de fuego para la esterilización es impracticable para la mayoría de los materiales, ya que altera sus propiedades fisicoquímicas. Además, su peligrosidad plantea serios riesgos en cualquier laboratorio. Estas limitaciones han impulsado el desarrollo y la adopción de métodos de esterilización más sofisticados y seguros.
La autoclave: El método de esterilización más popular
Entre las diversas técnicas de esterilización disponibles, la autoclave de vapor se ha consolidado como el método de esterilización preferido en cualquier laboratorio para una amplia variedad de aplicaciones gracias a su eficacia, conveniencia, bajo coste, seguridad y ausencia de riesgo de toxicidad. Este proceso, conocido como autoclavado, tiene la capacidad de inactivar bacterias, virus, hongos e incluso priones. A pesar de la existencia de métodos alternativos como los hornos de aire caliente, el óxido de etileno o la irradiación, la autoclave de vapor es ampliamente reconocida por su eficacia y versatilidad. Sin embargo, no es adecuada para procesar materiales sensibles al calor, ya que estos podrían sufrir modificaciones fisicoquímicas irreversibles bajo dichas condiciones.
Fundamentos de la esterilización con autoclave
El proceso de esterilización mediante autoclave es un método científicamente validado que emplea vapor de agua saturado a alta presión para alcanzar y mantener temperaturas elevadas, capaces de erradicar tanto microorganismos como sus esporas.
La operación comienza con la colocación de los artículos dentro de la cámara de la autoclave, que luego se sella herméticamente. Una vez iniciado el ciclo, la máquina evacua el aire de su interior para permitir que a posteriori el vapor saturado envuelva completamente los objetos, garantizando una transferencia de calor uniforme y eficiente por todas las superficies de la carga.
La temperatura de esterilización estándar de 121 grados Celsius es efectiva contra la mayoría de los microorganismos y es la configuración predeterminada para muchos ciclos de esterilización. Sin embargo, para procesar alimentos o para materiales sensibles al calor que podrían dañarse a esta temperatura, como ciertos plásticos o soluciones que podrían desnaturalizarse, se utiliza el ciclo isotérmico con una temperatura más baja de 105 grados Celsius.
En contraste, los instrumentos quirúrgicos, que requieren un grado de esterilidad extremadamente alto debido a su uso en procedimientos invasivos, suelen ser sometidos a temperaturas más elevadas, de hasta 134 grados Celsius, para garantizar la destrucción de patógenos particularmente resistentes, como las esporas bacterianas más robustas o los priones.
Seguridad en la fase de enfriamiento
Tras la fase de esterilización, la autoclave transita a una etapa de enfriamiento, donde se reduce gradualmente la temperatura y la presión interna para igualarlas con las condiciones ambientales. Este paso es vital para la seguridad del proceso, ya que la apertura prematura de la cámara podría resultar en una rápida liberación de vapor caliente y presurizado, lo que representa un riesgo de quemaduras y otros accidentes laborales. Además, el enfriamiento gradual ayuda a evitar el choque térmico en los materiales esterilizados, lo que podría causar daños estructurales en la carga o una condensación excesiva del vapor en la carga.
Una vez que la presión y la temperatura alcanza niveles seguros, en los modelos de autoclave más avanzados, se inicia un ciclo de secado al vacío. Esta parte del ciclo es esencial en cargas porosas porque cualquier humedad residual en los artículos esterilizados no solo podría servir como un caldo de cultivo para microorganismos, sino que también podría comprometer la integridad de los procedimientos subsiguientes en los que se utilizan los materiales, como en cultivos celulares o la producción de medicamentos.
Tiempo y temperatura: Factores clave en la esterilización
La duración del ciclo de esterilización es un componente fundamental para la efectividad del proceso. No basta con alcanzar la temperatura objetivo; es imperativo mantener esta temperatura y presión durante un periodo adecuado para garantizar la completa penetración del calor y la consiguiente esterilización de los artículos.
El tiempo requerido para una esterilización efectiva varía en función del tamaño y la densidad de la carga, así como de la naturaleza de los materiales a esterilizar. En general, un período de al menos 20 minutos a 121 grados Celsius es suficiente para esterilizar la mayoría de objetos. Sin embargo, para cargas más grandes o densas, o cuando se esterilizan objetos con geometrías más complejas, este tiempo puede extenderse.
Durante este tiempo, el agua y la humedad presente en la cámara se evapora completamente, asegurando que al final del ciclo, los artículos estén completamente secos y libres de cualquier forma de contaminación microbiana, culminando así el proceso de esterilización de manera efectiva.
Además, la eficiencia del proceso de esterilización por autoclave también depende de la correcta preparación y empaquetado de los materiales antes de la esterilización. Los materiales deben ser limpiados y, si es necesario, desinfectados antes de ser colocados en la autoclave para asegurar que el vapor pueda contactar todas las superficies eficazmente. El empaquetado debe permitir la penetración del vapor por todas las superficies de la carga y al mismo tiempo proteger los artículos de la contaminación ambiental después de la esterilización.
Otro factor esencial es la formación continua del personal en las buenas prácticas de esterilización. La capacitación regular ayuda a fomentar y mantener la competencia en estos procedimientos críticos y a adaptarse a los avances tecnológicos que pueden influir en las técnicas de esterilización y en los protocolos de control de infecciones.
La meticulosidad del proceso de esterilización en autoclave es lo que garantiza su fiabilidad y eficacia, convirtiéndolo en un pilar fundamental en la prevención de infecciones en entornos clínicos y en la preservación de la integridad de los experimentos científicos.
La esterilización no solo implica la eliminación de microorganismos, sino también el mantenimiento de la esterilidad a lo largo del tiempo. Una vez que los artículos han sido esterilizados y secados en la autoclave, deben ser manipulados y almacenados de manera que se preserve su condición estéril. Esto generalmente requiere el uso de envoltorios estériles y técnicas de manipulación aséptica, así como la implementación de protocolos de almacenamiento que protejan contra la contaminación ambiental y la proliferación de microorganismos.
Preparación y empaquetado para la esterilización en autoclave
La preparación adecuada de los materiales antes de su introducción en la autoclave es un paso esencial para garantizar una esterilización efectiva. Los artículos deben ser meticulosamente limpiados para remover cualquier residuo biológico o químico que pueda proteger a los microorganismos del calor del vapor. Además, el empaquetado y colocación de los materiales en el interior de la autoclave debe realizarse de tal manera que permita la libre circulación del vapor.
El uso de materiales de empaquetado porosos especiales y el correcto sellado son prácticas estándar que facilitan este proceso, asegurando que los artículos permanezcan estériles hasta su uso.
Mantenimiento y verificación de autoclaves
El mantenimiento regular de las autoclaves es fundamental para asegurar su funcionamiento óptimo y la seguridad del proceso de esterilización. Este mantenimiento incluye la calibración periódica de los sensores de temperatura y presión, así como la inspección minuciosa de sellos y válvulas de seguridad para prevenir fugas de vapor y pérdidas de eficacia. Además, es importante acompañar cada ciclo de pruebas de control biológicas y químicas de manera regular para verificar la eficacia del proceso de esterilización. Estos controles son esenciales para identificar cualquier posible falla en el proceso que podría comprometer la esterilidad de los materiales procesados.
Formación continua y actualización de protocolos
La capacitación continua del personal encargado de operar las autoclaves es un componente esencial para garantizar el éxito del proceso de esterilización. Los operadores deben mantenerse al día con los últimos avances en técnicas de esterilización, así como con las innovaciones tecnológicas que puedan impactar estos procedimientos. Es fundamental que comprendan a fondo los protocolos específicos para la esterilización de diferentes tipos de materiales y cargas, desde equipos quirúrgicos hasta medios de cultivo.
Paralelamente, los protocolos de esterilización deben ser revisados y mejorados continuamente para reflejar las mejores prácticas y los estándares internacionales más recientes. Este proceso de actualización debe incluir una evaluación crítica de los procedimientos existentes, la integración de nuevas evidencias científicas y la incorporación de tecnologías emergentes. Además, la comunicación efectiva de estos cambios al personal es vital para asegurar una transición fluida y la implementación efectiva de los nuevos protocolos.
Además de la formación técnica, es crucial que los operadores sean capacitados en la identificación y gestión de fallos del equipo. Esto incluye la capacidad de detectar señales de mal funcionamiento, tales como fluctuaciones en la temperatura o la presión, y la implementación de medidas correctivas inmediatas para evitar la contaminación de los materiales. La formación debe también abarcar aspectos de gestión de calidad y la documentación meticulosa de cada ciclo de esterilización, garantizando así la trazabilidad y el cumplimiento de las normativas establecidas.
Frecuentemente, los operadores de autoclaves ponen el principal énfasis en elegir únicamente el programa de esterilización adecuado, pero lo cierto es que la efectividad de la esterilización depende en gran medida de la forma en cómo se maneja y organiza los productos dentro de la autoclave.
En este sentido, para garantizar resultados satisfactorios, es esencial seguir rigurosamente las recomendaciones del fabricante y los protocolos establecidos, abarcando desde la preparación inicial y la elección del soporte adecuado, hasta la colocación de los productos dentro de la autoclave y su posterior retirada.
Se deben manejar los productos con cuidado y distribuirlos de manera ordenada dentro de la cámara. Antes de introducirlos, te aconsejamos seguir ciertas directrices para manipular los materiales de forma segura:
Asegúrate de usar guantes de goma con el grosor adecuado para proteger tus manos durante todo el proceso. Si manipulas objetos punzantes deberás proteger tus manos con unos guantes de seguridad.
Utiliza una bandeja para transportar el material y evita el contacto directo con tus manos. Recuerda que no debes manipular ningún producto directamente con las manos desnudas.
Una vez hayas finalizado la manipulación, no escatimes en descartar los guantes usados e incluso lavarte las manos.
Además, resulta fundamental llevar a cabo una limpieza exhaustiva de los productos para eliminar cualquier residuo antes de iniciar el proceso de esterilización. A continuación, te recomendamos seguir los siguientes pasos para lograr una limpieza efectiva:
Después de utilizar los instrumentos, asegúrate de enjuagarlos con agua. Para mantener un proceso sin problemas, organiza los instrumentos metálicos en grupos según su composición (acero inoxidable, aluminio, latón, etc.).
A continuación, procede con el lavado. Puedes optar por utilizar un baño ultrasónico o realizar un lavado manual empleando una solución germicida y agua. Si se opta por un baño ultrasónico, recomendamos la utilización de un detergente específico para lograr los mejores resultados.
Una vez completado el lavado, asegúrate de enjuagar nuevamente y realizar una inspección minuciosa que no queden restos de residuos. Si es necesario, no dudes en repetir el proceso para garantizar una limpieza exhaustiva.
Para prevenir la formación de manchas de cal, lleva a cabo un último enjuague utilizando agua desmineralizada. En caso de usar agua del grifo, asegúrate de secar adecuadamente el material.
Carga en autoclave
Cargar correctamente los productos en la autoclave es esencial para lograr una esterilización completa y uniforme. Cada tipo de producto tiene sus propias particularidades, por lo que es importante abordarlos de manera específica para obtener los mejores resultados posibles.
Siguiendo estas indicaciones, podrás asegurarte de que cada elemento esté ubicado de manera óptima:
Uso de los accesorios pertinentes: No se debe cargar ningún objeto directamente en la cámara de la autoclave y los objetos a esterilizar no pueden tocar las paredes de la cámara.
Separación de objetos: Asegúrate de que cada elemento que requieras esterilizar esté colocado por separado, evitando agrupaciones o amontonamientos. En el caso de usar cestos apilados, el fondo del cesto superior no debe tocar los materiales del cesto inferior. Una norma sencilla es que todos los objetos deben estar accesibles sin dificultad.
Cuidado con la carga excesiva: Evita llenar demasiado las bandejas o los cestos. Un exceso de productos podría causar problemas con el flujo correcto de vapor y afectar la calidad de la esterilización. Además, causará problemas de humedades y condensaciones sobre los materiales.
Diversidad en la composición de instrumentos: Es importante tener en cuenta la variedad de materiales en los instrumentos que vayas a cargar. Lo ideal es realizar cargas lo más homogéneas posibles. Asegúrate de separar aquellos hechos de distintas composiciones, como acero inoxidable o aluminio. Puedes ponerlos en bandejas diferentes o simplemente dejar un poco de espacio entre ellos. Esto prevendrá cualquier tipo de reacción no deseada entre los materiales.
De más peso a menos peso: Coloca los objetos de mayor peso en la parte inferior de la carga. Esto ayudará a evitar tambaleos durante la esterilización, la colocación o la retirada de los mismos.
Seguridad lo primero: En el caso de trabajar con cargas muy voluminosas y pesadas, consulta con el fabricante si puedes equipar tu autoclave con una grúa integrada o móvil, esto ayudará a manipular la carga con seguridad, a evitar lesiones en los operarios y a no rayar las paredes de la cámara.
Posición abierta: Coloca los objetos de manera abierta para que el vapor pueda circular alrededor de cada artículo. Abre las tapas y válvulas para que no haya zonas cerradas.
Cilindros graduados, probetas y objetos similares: Es recomendable colocarlos ligeramente inclinados. Esto ayudará a evitar la acumulación de agua en su interior si no se usa un programa.
Bolsas mixtas: Como regla general las bolsas mixtas deben colocarse en cestos en varilla. También debe evitarse que las pestañas de las bolsas queden en la parte inferior, ya que pueden condensar y mojar el resto del material.
Objetos cerrados herméticamente y botellas: Las botellas deberán abrirse ligeramente para evitar provocar una sobrepresión en su interior que las pueda romper. En el caso de objetos cerrados herméticamente con cavidades en su interior, necesariamente deberán usarse programas con sobrepresión para evitar deformaciones o roturas.
Protección de los instrumentos de acero inoxidable: Te sugerimos colocar un trozo de papel entre el objeto y la bandeja. Este simple paso evita el contacto directo y posibles interacciones no deseadas, contribuyendo así a mantener la integridad de los instrumentos.
Apoyo de bandejas y cestas: Es importante no apilar las bandejas ni ponerlas en contacto directo con las paredes de la autoclave. Asegúrate siempre de utilizar los soportes específicamente diseñados para esta función.
Protocoliza tus procedimientos: Documenta los procedimientos específicos para cada tipo de carga y garantiza que todo el personal que opera la autoclave está debidamente capacitado y tenga fácil acceso a esta información.
La correcta disposición de los productos no solo optimiza el proceso de esterilización, sino que también contribuye a mantener la integridad tanto de los objetos como la de la propia autoclave. Siguiendo estas indicaciones, estarás un paso más cerca de alcanzar resultados consistentes.
Carga de líquidos y medios de cultivo en autoclave
Cuando se trata de esterilizar líquidos o soluciones como medios de cultivo o productos químicos, es esencial prestar atención a la cantidad total de líquido por contenedor. Como regla general, para un matraz Erlenmeyer, es recomendable llenar hasta tres cuartos de su capacidad máxima. Si usas un vaso de precipitados, el volumen sugerido a llenar es la mitad de su capacidad máxima. Tener demasiado líquido corre el riesgo de desbordamiento al aumentar la temperatura o durante el proceso de enfriamiento.
Cuando emplees recipientes con tapas de rosca, asegúrate de dejarlas giradas un cuarto de vuelta para permitir la ventilación. Si están demasiado ajustadas, podrían romperse durante el proceso.
Al esterilizar líquidos, ten en cuenta que debes asignar suficiente tiempo para garantizar un período de esterilización a la temperatura deseada. Un mayor volumen requerirá un período más extenso para alcanzar la temperatura requerida.
En el caso de contar con una autoclave equipada con sonda flexible, coloca la sonda en el interior de un recipiente de referencia de forma que esté inmersa en el líquido. Este deberá ser situado en el centro de la parte superior ya que es uno de los puntos más fríos de la autoclave.
Finalmente, siempre que sea factible, emplea un programa de esterilización diseñado específicamente para líquidos. Este tipo de programas ajusta la fase de enfriamiento de manera especial, previniendo así las salpicaduras provocadas por el efecto boilover, las roturas debido a una despresurización demasiado rápida y las quemaduras en el personal por manipular un contenido excesivamente caliente.
Carga de vidrio en autoclave
El vidrio es un elemento presente en cualquier laboratorio, ya sea en ámbitos como la bioquímica, la agroalimentación o la industria. Aquí entran en juego una amplia gama de elementos, desde matraces aforados hasta matraces Erlenmeyer, pasando por Kitasatos, probetas, tubos de ensayo y vidrios de reloj. Tras llevar a cabo pruebas, experimentos u otras actividades, es común que estos objetos se sometan a la autoclave para su descontaminación. Sin embargo, para asegurarnos de que se esterilicen correctamente, es vital verificar que estos objetos sean compatibles con dicho proceso.
A la hora de cargar objetos de vidrio, como frascos y botellas, debemos proceder con precaución para evitar que se rompan. Lo mejor es ubicarlos en posición vertical y asegurarnos de que no entren en contacto directo entre sí. De esta manera, reduciremos al mínimo cualquier riesgo de daño durante el proceso y su posterior extracción.
Adicionalmente, la mayoría de objetos de vidrio sirven como recipiente, por lo que deberán colocarse boca abajo para evitar la acumulación de condensado tras terminar el ciclo de esterilización, especialmente si no contamos con una autoclave con secado.
Para los objetos de vidrio, el programa más adecuado incluirá una etapa de secado al vacío después de terminar la fase de esterilización. Esto permitirá retirar y utilizar los objetos inmediatamente sin la necesidad de recurrir a un secado adicional con una estufa externa.
Por último, si la finalidad de los objetos de vidrio que se deben esterilizar es el cultivo de microorganismos o células animales, es fundamental emplear agua purificada para prevenir la transferencia de sales a las superficies de dichos objetos, lo cual podría afectar negativamente en la fertilidad de los medios de cultivo preparados.
Carga de tubos de plástico en autoclave
Antes de proceder con la esterilización de plásticos en una autoclave, es primordial verificar la compatibilidad del material con el proceso para evitar daños por el calor, lo que podría complicar la limpieza posterior de la cámara.
Al cargar tubos de plástico o similares en la autoclave, es crucial asegurar que su colocación favorezca la libre circulación del vapor. Es esencial minimizar el doblado excesivo de los tubos, ya que esto podría comprometer la efectividad de la esterilización y dañar los tubos. Lo ideal es mantener los tubos lo más rectos posible para garantizar un proceso de esterilización eficaz y seguro.
En caso de que los tubos presenten dobles cámaras o geometrías complejas, es necesario utilizar una autoclave equipada con un sistema de prevacío fraccionado, asegurando así que el vapor alcance todas las superficies internas y externas de los tubos de manera eficaz.
Carga de sólidos porosos, textiles y objetos envueltos en autoclave
Cuando se trata de procesar cargas porosas, textiles, o elementos envueltos en materiales como papel de aluminio o papel, es esencial adoptar prácticas precisas y ceñirse a los protocolos establecidos. Una regla de oro en este proceso es la distribución estratégica de los objetos dentro de la autoclave, asegurándonos de que no estén apilados unos sobre otros. Esta medida facilita el flujo adecuado del vapor y permite una penetración uniforme en cada artículo.
Otro aspecto crucial es la gestión de la capacidad de la cámara de la autoclave. Cada objeto debe tener suficiente espacio a su alrededor para permitir la circulación óptima del vapor. Esta consideración no solo mejora la eficacia del proceso, sino que también previene el riesgo de contaminación cruzada.
Para envolver un objeto de vidrio se suele recurrir al papel de aluminio debido a su resistencia al calor. Sin embargo, es vital seleccionar papel de aluminio diseñado específicamente para autoclaves, que incluye una capa plástica adicional para proteger contra daños y migraciones de materiales durante el proceso. Este cuidado asegura la integridad del envoltorio y, por ende, la esterilización efectiva del contenido. Es importante recordar que estos materiales deben desecharse después de un solo uso.
En el sector sanitario, las bolsas y envolturas de plástico son ampliamente utilizadas para proteger instrumentos quirúrgicos y otros artículos de la contaminación. La selección del tipo de envoltura depende del tamaño y la naturaleza del objeto a esterilizar. Además, la seguridad de estos paquetes se refuerza a menudo con cinta de autoclave, que cambia de color al alcanzar ciertas temperaturas, indicando así una esterilización adecuada. Es crucial utilizar la cinta de control adecuada, ya que los sustitutos, como la cinta de enmascarar, no están diseñados para resistir las condiciones de alta temperatura dentro de una autoclave.
Por otro lado, los materiales porosos como la cerámica y los textiles, incluyendo la vestimenta, presentan desafíos adicionales debido a su estructura hidrofílica y estructura microscópica llena de cavidades. En estos casos, es imprescindible el uso de autoclaves equipadas con un sistema de prevacío y postvacío. Estos sistemas están diseñados para extraer el aire frío que se encuentra atrapado dentro de las estructuras porosas de los materiales, creando el entorno ideal para que el vapor de agua caliente pueda penetrar hasta las zonas más recónditas. Esta penetración profunda del vapor es fundamental para lograr una esterilización uniforme y completa de cada objeto. A posteriori el sistema de secado final permite retirar toda la humedad residual de la carga.
Carga de objetos de geometrías complejas en autoclave
La esterilización de objetos con geometrías complejas, como biorreactores, objetos con tubos, implantes médicos o instrumentos con múltiples cámaras, requiere el uso de autoclaves con programas específicos para este tipo de cargas y extremar las precauciones.
Inicialmente, es vital asegurarse de que los objetos se coloquen dentro de la autoclave de tal manera que no obstruyan la circulación del vapor entre ellos. En muchos casos, los fabricantes proporcionan soportes o contenedores diseñados específicamente para la esterilización en autoclave de estos objetos. Adicionalmente, se recomienda verificar las instrucciones del fabricante respecto a la esterilización de cada objeto, ya que pueden contener indicaciones sobre la preparación, el empaquetado, la colocación y los ciclos de esterilización adecuados.
En general, los instrumentos que incluyen válvulas o piezas móviles deben ser desmontados o abiertos en la medida de lo posible para facilitar el acceso del vapor.
Finalmente, es esencial llevar a cabo verificaciones de esterilización regulares como el test de Bowie-Dick o la prueba de vacío y emplear indicadores biológicos o químicos para verificar la efectividad de cada ciclo. Además de estas pruebas, es crucial conservar un registro detallado de cada ciclo de esterilización, incluyendo datos específicos como el tipo de artículo esterilizado, el ciclo de esterilización aplicado y los resultados de los indicadores de esterilidad.
Carga de residuos de laboratorio y biopeligrosos en autoclave
La manipulación de residuos de laboratorio, incluyendo aquellos de naturaleza biopeligrosa, exige precaución y diligencia. Por lo general, estos desechos se acumulan en bolsas especificas, lo que inevitablemente conduce a la formación de bolsas de aire frío dentro del conjunto de desechos. Por esta razón, es imprescindible utilizar una autoclave equipada con sistemas de prevacío y postvacío para tratar adecuadamente este tipo de material.
Es esencial que estos residuos sean depositados en bolsas diseñadas específicamente para autoclave y que los operarios que manipulen estas cargas cuenten con los equipos de protección individual pertinentes.
En el caso de procesar objetos sólidos, verifica que no se hayan introducido objetos afilados o punzantes que puedan romper las bolsas. Como regla general, debe llenarse la bolsa 2/3 como máximo.
En el caso de procesar residuos biopeligrosos, utiliza siempre un contenedor secundario señalizado con una etiqueta específica para esta tarea. Idealmente este contenedor debe ser lo más amplio posible y solo lo puede manipular personal autorizado para ello.
Cuando se trate de autoclavar líquidos, es importante usar botellas que soporten el proceso de autoclavado. Estas botellas no deben llenarse más allá de la mitad de su capacidad para prevenir derrames y permitir la expansión térmica del líquido. Respecto a las tapas de estos contenedores, deben aflojarse levemente para evitar la sobrepresión interna.
Además, es fundamental que se sigan rigurosamente las regulaciones y directrices locales para su correcta disposición. Esto implica entre otras cosas mantener un registro detallado de todos los ciclos realizados, especificando la fecha, hora, programa empleado y operario que ha realizado la tarea. Adicionalmente, deberán emplearse los indicadores químicos y biológicos de control de forma periódica así como cumplir estrictamente con el plan de mantenimiento preventivo del fabricante.
Con estas prácticas, garantizamos tanto la seguridad de quienes trabajan con los residuos como el cumplimiento de los protocolos establecidos.
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